Axolote

Es una especie endémica, es  decir, habita en una sola región, en este caso en la zona lacustre  (canales y lagos)  de Xochimilco, Ciudad de México. A diferencia de otras salamandras, el ajolote habita de manera permanente en el agua, aunque en casos muy raros madura y sale de ella.                                                          Conserva sus rasgos larvales en su vida adulta. Se refiere a que esta salamandra conserva su aleta dorsal de renacuajo, además de sus branquias externas, que sobresalen de la parte trasera de su ancha cabeza en forma de plumas. En peligro de extinción. Por desgracia, el ajolote mexicano se encuentra en serio peligro de desaparecer. El aumento de la población en la Ciudad de México, la contaminación de las zonas lacustres de Xochimilco, el comercio de acuarios y el hecho de que es atrapado para cocinarlo como un cotizado platillo son las causas principales de su desaparición progresiva. ADN sorprendente. Uno de los hallazgos que más

Los ajolotes pertenecen a la clase de los anfibios, que fueron los primeros vertebrados en la historia del planeta en evolucionar, sin embargo, se ha investigado que este ha representado un estado no evolucionado de una salamandra. Pertenecen a la especie Ambystomas, que hace millones de años fue separada al deshacerse la Pangea  y algunas partes de la población se establecieron en el centro y noroeste de México estableciendo una nueva rama en la especie, la Ambystomas tigrinum (probablemente el ancestro común) dando como resultado los Ambystomas mexicanum . Los ajolotes evolucionaron de manera diferente a las salamandras debido a que no cambian del medio acuático al terrestre y al alcanzar su etapa reproductiva no cambian de medio y no se convierten en salamandras, pero si logran la madurez sexual. En 1865 se observó que unos juveniles nacidos de los ajolotes perdían sus branquias externas, sus agallas se cerraban, desaparecían las aletas a lo largo de su cola y su espalda, y la

Si hablamos sobre la capacidad de regeneración de los Axolotes o mejor dicho Axolotls  (FIG1)  , al parecer no tienen prácticamente límites en su capacidad de regeneración. Mientras no les corten la cabeza, pueden “crear una réplica casi perfecta” de casi cualquier parte de su cuerpo, incluida hasta la mitad de su cerebro, explicó Jeremiah Smith. Sin embargo, los ajolotes en cautiverio prosperan ahora en laboratorios alrededor del mundo. En un artículo publicado el 24 de enero en Genome Research , un equipo de investigadores informó sobre el mapeo más exhaustivo del ADN del anfibio hasta el momento.     El estudio   Mapear el ADN de los ajolotes (como se ha castellanizado al axolotl) resultó ser una tarea compleja. Con diez veces el tamaño del genoma humano, el equipo de investigación tuvo que llevar más de 100 mil piezas de ADN a cromosomas, las estructuras en forma de pares que condensan el material genético en el núcleo de cada célula. Para realizar la t